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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Un Quijote sin Sancho

Primeramente dice: “Con fe lo imposible lograr…”

Quien piensa con autosuficiencia tiene un velo que le obnubila la razón y por lo general, tiene la fe puesta solo en sí mismo.

Hay quienes tienen una fe sincera pero parcial, es decir, la buscan desconcertadamente tan solo en aspectos humanos y no toman en cuenta a Dios, por considerar que es frívolo todo esfuerzo por conocerlo.

La fe verdadera es la que se basa en la verdad, y ésta, Dios la ha revelado a todo aquél que decida aceptarla, en la persona de su divino Hijo Jesucristo. Él mismo nos dice: “Yo soy el camino (más directo y seguro), la verdad (más indudable para mostrarnos con su testimonio de vida como darle gloria desde esta vida), y la vida, (más plena para estar seguros para adorarle y servir a los demás)”.

Si Dios nunca hubiera permitido que su Palabra o también conocida como el “Verbo de Dios”, se transformara en carne y viniera al mundo, nuestro criterio efectivamente sí sería un caos, pues entonces ¿Cómo sabríamos que es la verdad trascendente que nos da la vida eterna?

Pero en sus designios y por su amor infinito lo decidió así. Para contrarrestar esa resistencia, que por naturaleza tenemos las personas de aceptar y creer lo invisible; Dios, en la persona del Espíritu Santo intervino en el milagro de la Encarnación -con la participación bendita, sublime de la humilde entre las humildes, la Madre de Dios: la Santísima Virgen María- se hizo hombre y habitó entre nosotros.

¿Quién de todos los profetas de la historia de la humanidad tuvo la plenitud de la verdad?

Cristo no fue un gran profeta. Él fue, es y será eternamente el Hijo único de Dios y solo los necios continuaran rechazando que Él es la verdad manifiesta de Dios, que se humanizo sin perder su naturaleza divina.

Por tanto, si queremos con fe la verdad que nos salva, ésta debe sustentarse en la persona de Cristo, y aferrarnos a este testimonio de su vida, que es la única ancla que evitará que nuestras barcas naveguen a la deriva en un mar cada día más bravío y peligroso para así, lograr lo imposible.

 

@voxfides

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