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¿Por qué se reza el Rosario? Hay toda una historia del porqué

 

  

Qué tal, cómo están. Su servidor, el Padre José Luis Bautista González, desde esta columna Una Mirada en la Historia.

El mes de octubre, como es sabido para la gran familia católica del mundo, es el “Mes del Santísimo Rosario”, y esto tiene una situación histórica profunda en Europa.

Pero quisiera hoy comentarles sobre el Rosario. Se llama Rosario porque se llama “corona de rosas”, y está constituido –hasta la reforma de San Juan Pablo II– por los misterios gloriosos, gozosos y dolorosos; eran 150 Aves Marías y 15 Padres Nuestros. Con la reforma que hizo con el documento en el año 2000 San Juan Pablo II, llevó los misterios luminosos un solo día.

Pero, ¿por qué se empezó a rezar el Santísimo Rosario?

Ustedes saben que en los monasterios y conventos, los monjes rezaban los 150 salmos de día y de noche para orar a Dios de día y de noche; pero los monjes sabían leer y escribir, pero la gran mayoría de los seres humanos no sabían leer ni escribir, y en especial me refiero al pueblo católico. Por eso, se sustituyen los 150 salmos por 150 Aves Marías. Entonces, la gente así, aprendiéndose de memoria el Ave María y el Padre Nuestro, podían también alabar al Señor.

Esto es el sentido del Rosario. Por tradición, se piensa que el fundador de los dominicos, Santo Domingo de Guzmán, fue quien ideó esta estructura. Pero esto se entiende por tradición.

Ahora, históricamente, ¿por qué en octubre se celebra el “Mes del Rosario”?

En el siglo XVI, cuando gobernaba ya Felipe II y Pio V los Estados Pontificios como jefe de la Iglesia católica, amenazaban otra vez los musulmanes tomar precisamente los lugares que en la geopolítica eran importantes para el tránsito de las especies.

Esto era peligroso, pero también supongo que en el chip cerebral de los católicos recordaban las invasiones del siglo VII que se dieron en Palestina al norte de África y en España. Entonces, el Papa Pio V convocó a las naciones católicas para evitar que los turcos invadieran precisamente Europa.

Llegaron a la ayuda de los Estados Pontificios el Rey de España, también el Duque de Venecia, el de Saboya, y formaron una flota de más de 300 embarcaciones, aunque más de la mitad las había puesto España, porque en el siglo XVI España tenía la mejor flota.

Hubo una lucha precisamente en el norte de Lepanto el 7 de octubre del año 1571; y precisamente doy dos particularidades:

Aquí combatió Don Miguel de Cervantes y Saavedra, que en el año 1600 haría “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, y quedó inmóvil de un brazo: “El Manco de Lepanto”, y él dijo que fue de las mejores batallas que hubo en el mundo, porque participó él.

Y el segundo hecho curioso y extraño, es que el virrey de la Nueva España le había regalado un lienzo de la Santísima Virgen de Guadalupe al Rey Felipe II, y le pidió al capitán Doria que lo pusiera como estandarte en su navegación. Imagínense, la Virgen de Guadalupe estaba allá luchando en pro de la fe católica; claro, no hagamos anacronismos, estamos hablando del año 1571. No juzguemos con nuestros ojos del siglo XXI lo que pasó en el Siglo XVI, porque son historias y se llaman anacronismos, es decir, un juicio fuera del tiempo.

Venció la Santa Alianza, y el Papa Pio V dijo que había ganado Nuestra Señora de las Victorias; pero el siguiente Papa dijo: No, más bien el 7 de octubre tiene que celebrarse Nuestra Señora del Rosario. Y desde ahí, por antiquísima tradición, en octubre se celebra el “Mes del Rosario”.

Lleguemos a Cristo por la Santísima Virgen María; pero eso sí, conozcamos también la figura de Jesús.

Finalmente, recuerdo una expresión del Padre San Pio de Pietrelcina:

“Rezando el Rosario, ganamos grandes batallas al demonio; que el Señor nos bendiga y nos guarde. Gracias”.

 

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