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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

La Navidad sin el Nacimiento no tiene sentido

La Navidad es una época en la que se rescatan los valores humanos, la gente busca el amor y la paz; las familias se reúnen, los amigos se refuerzan y el mundo se detiene para convivir con sus seres queridos…

Esto es la teoría, pero ¿qué pasa realmente en las épocas navideñas?

En estas épocas navideñas tenemos la costumbre de pensar en lo que nos ha ocurrido en el año, vemos con tristeza ciertos acontecimientos pasados, metas sin alcanzar y un sin fin de acciones o recuerdos poco alentadores que nos llevan a terminar el año como una batalla perdida y con poca ilusión de ser mejor, para comenzar el año con nuevos o los mismo propósitos del año pasado para cambiar.

Cargamos con un pesar y una añoranza por el tiempo perdido durante el año. Pensamos en lo que hemos perdido sin necesidad de recordar lo que hemos ganado y agradecer las oportunidades del año. Los horóscopos se llenan de mensajes “positivos” prometiéndonos que “el año siguiente sí va a ser nuestro año”.

Es temporada de caza, sí, de caza, nos encontramos cazando el regalo perfecto para enmendar nuestras faltas o reavivar la relación, sea como sea, con culpa, sin culpa o porque te tocó en el intercambio, terminamos por perder el sentido del obsequio y el detalle, con tal de quedar bien.

El consumismo toma el poder de la época navideña para vendernos cualquier cosa con la excusa de ser ‘el mejor regalo’, el tamaño importa, el costo también. Incluso nos dicen con actitud retadora: ‘demuéstrales que los quieres…’, etc. Nos encontramos entre batallas de precios, las ofertas abundan y el chantaje comienza a hacer efecto: “Ven, es época de celebrar”, “no seas grinch”, “ándale, es la única vez del año en la que nos vemos”, etc.

Por otra parte, la violencia en las calles está a flor de piel, la gente tiene prisa de llegar a sus compromisos: posadas, cenas, intercambios, comprar regalos, irse de viaje, hacer la cena… Piénsalo, ¿cuál es la necesidad de regalar cosas, hacer cenas, pedir posada, estar en una época de paz y amor?

El mundo se voltea de cabeza para lograr llegar a cumplir con los preestablecimientos sociales que llevan a un empobrecimiento de nuestra actitud y terminamos perdiendo lo más importante en el mes de diciembre: la época de paz y amor brindada por el único ser capaz de hacerlo: EL NIÑO DIOS.

Podrán llamarme Grinch (caricatura del Dr. Seuss acerca de un personaje que odia la Navidad), pero si nos damos cuenta, en el fondo, muy en el fondo, la Navidad no tiene sentido alguno sin su personaje central: Jesús.

Si no hubiera nacido en Belén Dios hecho hombre, no habría necesidad de hablar en torno a una época de paz, como ya lo dije, la paz y el amor en sociedad brillan por su ausencia. Probablemente en casa lo vivimos, pero si salimos a la calle, esto no funciona.

Quien tiene paz, la da. Entre tanto consumismo, fiestas y eventos sociales, parece que se pierde todo el sentido de una blanca Navidad, llena de paz y amor. Porque nosotros como sociedad no hemos procurado vivirlo desde el inicio del año, por lo que no somos capaces de darlo a los demás durante 30 días cada año.

Y qué hablar de las fiestas de la Iglesia: nos da una pereza y pensamos que interrumpe el ritmo de nuestras celebraciones, sin pensar que es por Él por quien todas nuestras celebraciones son lo que son. Pero parece que ya no nos importa, porque estamos sumergidos en la fiesta y nadie sabe que el festejado es ignorado. Trae a Jesús a la fiesta, festeja con Él la Navidad, no metas tu pie en celebrar, porque es por Él por quien debemos que una vez al año la gente reflexione su vida y busque mejorar.

Comienza por agradecerle tu vida, el año que acaba de pasar y los que siguen. Búscalo dentro de ti, al niño Jesús para que te dé paz y alegría, que es con ésa con la que lograrás vivir una Navidad auténtica y no fingida o forzada. Evitemos ser esclavos de la mercadotecnia, no regalemos cosas, mejor regala tiempo, tomemos tiempo para ver a quienes no hemos visto, hacer una llamada a quien no hemos frecuentado, ir a comer con los que queremos y platiquemos de nosotros.

La Navidad es una fiesta cristiana, quienes creemos en Cristo debemos agradecer que ha nacido, y que es por Él que celebramos una época de paz y amor; si no, entonces nuestra fiesta se vuelve hipócrita y sin sentido, en donde todos fingimos ser felices una vez al año.

@voxfides

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