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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Diseñando políticas públicas de caridad y solidaridad

De cara a las crisis

Cuando se viven crisis de distinta índole, como las que padecen los mexicanos, se vuelve urgente el diseño e instrumentación de políticas públicas –no solo de acciones de gobierno efímeras- que contribuyan a generar sentido de pertenencia, orgullo y coraje para sacar al país del hoyo donde se encuentra, propiciar la percepción de que sí es posible con trabajo y esfuerzo alcanzar metas superiores, igual que lo hicieron Misael y Lupita en Brasil.

Se trata de diseñar políticas públicas que hagan aflorar, no solo en momentos de catástrofes, que es posible hermanarnos; que es viable ser generosos y hacer algo más por quienes lo requieren con urgencia. Políticas públicas que trasciendan el asistencialismo, para dar paso a la libertad y el deber de hacer el bien por los demás.

¿Cómo?

La primera pregunta de mis guapísimas lectoras y aguantadores lectores: Eso se oye bien, pero, ¿cómo? En la entrevista que Rome Reports le hace al P. George Gregory Gay de la Congregación de la Misión, el escribano rescata varios conceptos orientados hacia el objetivo de esta colaboración.

De inicio, diferenciar la caridad de la solidaridad. ¿Sabían mis adorables lectoras y brillantes lectores que en el mundo hay, aproximadamente, 1’500,000 millones de organizaciones humanitarias dedicadas a las obras de caridad? El P. Gregory distingue que donar tiempo y dinero es lo más habitual, pero no resuelve el problema.

En el caso de México, repartir despensas y ese tipo de dádivas nos lleva a la misma pregunta: ¿Las personas que reciben la ayuda están mejor que cuando empezaron a recibirla? Frecuentemente, la respuesta es no, porque con el tiempo, se propicia una cultura terrible de dependencia e infantilismo. Conocemos familias en las que cada uno de sus miembros recibe una ayuda gubernamental… ¡Y nadie trabaja! Como señala el superior general de la Congregación de la Misión, es ese tipo de caridad que no solo no ayuda, sino lo contrario.

El punto a resolver es, ¿Cómo ayudar a esas personas a salir de la pobreza, cómo ayudarlos a levantarse para que “puedan ser responsables de sus propias vidas”

Políticas públicas de desarrollo efectivo

El P. Gregory relata una experiencia en República Dominicana: Una aldea sin agua. Problemas de higiene, escasez de comida, comunidad expulsora y pobreza extrema. Un equipo de misioneros construyó un pozo; la gente empezó a cultivar sus propios campos, volvió la comida y el agua, la comercialización de sus productos y un mejor ingreso familiar; pero lo relevante fue que la gente recuperó la certeza de su dignidad y valía personal.

Es decir, una eficaz política pública parte de este cambio. No es solo hacer caridad, sino enfocarse sobre todo, a promover el desarrollo de las personas.

Solidaridad y subsidiariedad

Un Estado paternalista genera ciudadanos infantiles y dependientes. Lo que significa que, al parejo de la caridad, de la ayuda, debe envolverse la acción gubernamental con un profundo sentido de solidaridad, pero no limitarse a ello, sino propiciar políticas públicas auténticamente subsidiarias que contribuyan al desarrollo espiritual de los ciudadanos y al progreso material.

Este aprendiz de escribano lo ha comentado en otras oportunidades. La ayuda social, la entrega de materiales de construcción, las despensas, los comedores comunitarios, la entrega de ropa y cobertores, ¡indudablemente es necesaria! Particularmente en las zonas de pobreza extrema. ¡Pero, no puede ser permanente! 

Simultáneamente deberán instrumentarse, si de verdad se pretende ser eficaz en la administración de la comuna, programas de trabajo, sistemas, métodos y procedimientos que coadyuven a que las familias que reciben la ayuda gubernamental, puedan ser autosuficientes a la mayor brevedad.

Para cualquier gobernante, las cifras y los porcentajes de ayudas entregadas, suelen ser un espejismo que da popularidad mientras que la despensa dura. Después, irremediablemente se olvida, y con ello, la popularidad se desvanece, abriendo el paso a un populismo rampante como los que padecen varios países latinoamericanos.

 

 

@voxfides

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