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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Cuidar nuestra identidad / Del mundo, no mundanos

1) Para saber

No es lo mismo ser del mundo, que ser mundano. Sucede que el término “mundo” tiene una significación positiva y otra negativa: la positiva se refiere al mundo como todas las realidades humanas: sociedad, cultura, la naturaleza transformada por el trabajo, etc. Se trata del mundo creado por Dios en que vivimos y, por tanto, designa algo bueno.

En cambio, el “mundo” en su significado negativo, son las realidades que han sido deformadas por el pecado, es lo mundano. El hombre se vuelve mundano cuando se aleja de Dios.

Así se explica que San Josemaría Escrivá diga en Camino: “Sed hombres y mujeres del mundo, pero no seáis hombres o mujeres mundanos” (n. 939).

2) Para pensar

Pareciera que la historia se repite. El Papa Francisco comentó un pasaje del libro de Los Macabeos, último de los libros históricos de la Biblia. En él se relata cómo los israelitas quisieron igualarse a los pueblos vecinos, buscando su protección, olvidándose que Dios era su Señor. De esa manera perdían su identidad como pueblo de Dios, por un afán de “ser como los demás”. Muchos israelitas adoptaron malas costumbres y se alejaron de la Santa Alianza, lo cual fue el inicio de su destrucción. Poco después, el rey extranjero que dominaba Israel, además de despojar el templo de su riqueza, los obligó a renegar de su fe. Muchos israelitas sacrificaron a los ídolos y profanaron el día sagrado, cayeron en la apostasía, es decir, renegaron de su fe.

No obstante, hubo un grupo que, no temiendo la muerte, fue fiel a sus creencias, entre ellos, el anciano Eleazar, que prefirió morir antes que ofender a Dios.

Esa tentación sigue estando presente. En un cristiano, como su nombre lo indica, su identidad es ser “de Cristo”. Pero si quiere hacer “lo que hacen los demás”, deja de ser lo que debe de ser, pierde su identidad, se mundaniza. Ser mundano es hacer lo que el “mundo” hace, no importando si va contra le ley de Dios.

3) Para vivir

El Papa Francisco ha invitado a pensar cómo es la identidad de cada uno, ¿cristiana o mundana? ¿Me llamo cristiano por costumbre? ¿O sigo y amo realmente a Cristo? Revisemos si no hemos ido perdiendo identidad cristiana y coherencia de vida, pues hemos de vivir conforme a la identidad que hemos recibido en el Bautismo, y que es lo somos realmente.

Porque, como advierte el Papa, “la mundanidad entra lentamente, crece, se justifica y contagia: se justifica diciendo: ‘hagamos como toda la gente, no seamos diferentes’; busca siempre una justificación, y al final contagia, y muchos males vienen de ahí”. Por ejemplo, la corrupción, tan extendida, de gente que se dice cristiana pero cede y se mundaniza.

Por último, el Papa Francisco hizo una recomendación: “Si tienen un poco de tiempo, tomen la Biblia, el segundo libro de los Macabeos, capítulo sexto, y lean la historia de Eleazar. Les hará bien, les dará valor para ser ejemplo para todos, y también les dará fuerza y apoyo para llevar adelante la identidad cristiana, sin componendas, sin doble vida”.

 

@voxfides

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