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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

¡Nuestra familia puede adoptar un sacerdote!

Agosto es el mes que la Iglesia ha dedicado a orar por los sacerdotes y nosotros como familia podemos sumarnos de muy variadas formas.

Gracias a los sacerdotes tenemos los sacramentos, sobre todo, gracias a los sacerdotes tenemos a Jesús Eucaristía en cada misa, ellos dejan a su familia y donan su vida al consagrarse, es decir, al dar su Sí generoso a ese llamado que Dios les hace para ser su Sacerdote.

Como familia podemos apoyarles y estar al pendiente de ellos tanto en lo material como en lo espiritual, aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.


PRIMERO. Adopta un sacerdote.
Sobre todo en este mes de Agosto, pero en realidad puede ser en cualquier momento, como familia lo podemos acoger de forma espiritual. Pero, ¿en qué consiste esto?

Pues nada más en rezar por él cotidianamente, así como rezamos por cada uno de los miembros de nuestra familia.

De preferencia hay que estar atentos a la fecha de su aniversario sacerdotal para que ese día podamos darle gracias a Dios por su Sí.

También pueden tener una foto suya en el altar familiar para que cada vez que hagan oración en familia se acuerden de hacer oración por él.

En algunas parroquias se acostumbra adoptar sacerdotes de toda la diócesis, esta es una buena práctica porque además de orar por ellos vamos conociendo a nuestro presbiterio y si cada año adoptamos a uno pues podemos ir rezando por todos juntos.

SEGUNDO. Haz una lista de todos los sacerdotes que te han dado un sacramento.
Esta práctica es muy buena porque así no los olvidamos y al final tendremos una buena lista de sacerdotes por los que ofrecer nuestras oraciones.

Podemos tener un cuadernillo familiar donde pongamos lo de cada miembro de la familia, así será sencillo consultarlo y actualizarlo. Si lo dejamos solo a la memoria es fácil que lo olvidemos porque la vida nos lleva por lugares diversos.

En este cuadernillo también podemos incluir a todos aquellos sacerdotes que van teniendo interacción con nuestra familia, así podemos orar por todos ellos.

TERCERO. Haz un ramillete espiritual por ellos.
Hay muchas formas de hacerlo, puede ser uno por uno e ir anotando la cantidad de oraciones, comuniones, rosarios, Misas, sacrificios, horas de estudio o trabajo, etc. y que nuestros hijos pequeños también participen con algunos dibujos; o también puedes poner una caja y cuentas para que cada vez que hagan una oración por ellos agreguen una cuenta en la caja y cuando se llene la pueden llevar a la parroquia, a la capilla del santísimo o al Santuario como ofrenda por los sacerdotes.

Si tienes la posibilidad de entregarle el ramillete al sacerdote que has adoptado entonces sí es importante llevar el conteo de cada cosa ofrecida. Este es un detalle muy lindo y que a los ellos les ayuda mucho porque se pueden dar cuenta de que hay una familia que ora, se sacrifica y ofrece su vida cotidiana por sus necesidades y su santificación.

Esto les edifica y alimenta porque debemos recordar que ellos nos dan el Amor de Dios y a veces no tienen quien se los dé a ellos. Así que seamos muy creativos y preparemos un detalle lindo para nuestros sacerdotes adoptados.


CUARTO. Procura colaborar con la casa sacerdotal.
Otra forma de adoptar a los sacerdotes mayores es ayudando y asistiendo a la casa sacerdotal, ya sea de manera económica o también con tiempo para pasar con ellos. Nuestros sacerdotes mayores necesitan también sentir que aún son importantes para alguien, que pueden recibir amor de las familias y sobre todo, que les pueden escuchar.

Es bueno que nuestros hijos pequeños se den cuenta de que los sacerdotes también se enferman y también se hacen viejitos porque son hombres, elegidos de entre los hombres, que consagran su vida a Dios y que están dispuestos a dedicarla al servicio de la Iglesia.

Estoy segura que esto les ayudará a pensar en si ellos no estarán también llamados a esta noble vocación y por lo menos, hará que estén orando también por las vocaciones.

Y QUINTO. Visítalos de vez en cuando o invitamos a tu casa.
A veces pensamos que los sacerdotes se la pasan todo el día de un lugar a otro y en muchas ocasiones así es, pero existen momentos en los que se llegan a sentir solos, enfermos, desanimados por las cargas del trabajo en la parroquia o en la encomiendas que tengan a nivel pastoral.

Nosotros como familia, podemos ayudar a hacer todo esto más ligero orando por ellos pero también invitándolos a que pasen una tarde en casa, conviviendo en familia.

Debemos ser prudentes y no atosigarlos, pero tampoco dejarlos a la buena de Dios. La clave está en la prudencia.

Siempre podemos hablar con el sacerdote y preguntarle cómo se encuentra, qué ocupaciones tiene y dejar abierta la posibilidad de que les visite en casa para comer o cenar y así compartir en familia un ratito. Esto edifica mucho a los sacerdotes ya que se sienten acogidos por la comunidad, pueden pasar un momento de sana convivencia familiar y además les ayuda a no perder de vista la realidad de las familias de la comunidad.

Es muy lindo cuando poco a poco se va entablando una amistad con el sacerdote y eso nos tiene que comprometer a orar cada vez más por él y también apoyarle, en la medida de nuestras posibilidades, en la vida pastoral de nuestra comunidad.

Cuando no podemos tener la gracia y bendición de que el sacerdote visite nuestra casa, siempre podemos ofrecérsela y estar dispuestos a recibirle cuando Dios lo disponga, pero también podemos acogerle en nuestro corazón, personal y familiar, para desde ahí llenarles de atenciones y Amor.

Y recordemos que por cada sacerdote que adoptemos estaremos acrecentando nuestra familia espiritual, donde todos oramos por todos y donde podemos colaborar para que Dios nos conceda muchos y muy santos sacerdotes.

Dios te bendiga y la Santísima Virgen María te cubra con su manto. 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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