
Hagamos que Cristo sea el rey de nuestra vida
La oración y la visita al Santísimo son excelentes momentos para escuchar a Dios

La oración y la visita al Santísimo son excelentes momentos para escuchar a Dios

Caminar como familia implica amar, servir, dedicar tiempo y dar testimonio. La sinodalidad empieza en casa, con pequeñas acciones que muestran el Amor de Dios.

La santidad es un ofrecimiento de la propia vida por los demás, sostenido hasta la muerte.

Recordemos que la boca habla de lo que está lleno el corazón.

Con el Rosario en la mano y con el corazón en el cielo, Dios nos escucha y nos cuida con su amor.

Enseñar a los niños a leer la Biblia desde pequeños ayuda a que crezcan con valores sólidos y el amor por la Palabra de Dios.

Estamos a punto de comenzar agosto y la Iglesia ha dedicado este mes para orar por la santificación de nuestros sacerdotes.

La gratitud es una virtud que transforma la manera en que vemos la vida.

Papá debe estar al pendiente de que cada niño reciba los sacramentos que le tocan, que reciba la formación espiritual que necesita.

Enseñemos a nuestros hijos a resguardarnos en el Amantísimo Corazón de Jesús.

Debemos educar a nuestros hijos para que compartan el Amor que Dios les da a diario y qué mejor lugar para hacerlo que con sus hermanos, con sus papás, y con los más cercanos.

Es necesario que nuestros hijos sepan que tenemos un Padre amoroso que nos cuida siempre y que está atento a nuestras peticiones.