
Sexo y fe
Lo primero que hay que tener claro es que Dios no prohíbe cosas por prohibir, por establecer un tabú, menos aún por fastidiar.
Lo primero que hay que tener claro es que Dios no prohíbe cosas por prohibir, por establecer un tabú, menos aún por fastidiar.
La fiesta de la Misericordia es entonces la fiesta de la realidad: la realidad de amor de Dios que nos quiere como somos y nos eleva.
Cuando un año concluye termina una página de nuestra vida. Al vivirla la escribimos, al mirarla en retrospectiva intuimos que no caminamos solos.