
Octubre, mes del Rosario… en familia
Con el Rosario en la mano y con el corazón en el cielo, Dios nos escucha y nos cuida con su amor.
Con el Rosario en la mano y con el corazón en el cielo, Dios nos escucha y nos cuida con su amor.
El papa nos invita a sentir en el corazón lo mismo que vivieron ellos: Su amor por Jesucristo, sobre todo en la Eucaristía, y también en los demás, especialmente en los pobres.
Dios nunca nos falla ni se escandaliza de nuestras faltas, ni nos abandona.
“De noche, especialmente, es hermoso creer en la luz”. Esta frase de Platón, nos habla de la fe en lo que no se ve y la esperanza de obtenerlo.
La gratitud es una virtud que transforma la manera en que vemos la vida.
Secundemos al Papa pidiendo que no falte la esperanza, en especial, en quienes estén desanimados, fracasados y sin ver claro el futuro, incluso en la última hora de su vida.
A vivir esperanzados en el futuro, para no quedarnos estancados en las ilusiones de este mundo o encerrados en la tristeza.
Para alimentar esta alegría, podemos seguir el ejemplo de aquellas mujeres: ir al encuentro del Resucitado, ya que Él es la fuente de una alegría que nunca se agota.
El papa Francisco nos invita a imitar el ejemplo de Simeón y Ana, estos «peregrinos de la esperanza» que tienen ojos límpidos capaces de ver más allá de las apariencias
“Apunta a la luna. Si fallas, podrías dar a una estrella”, esta frase del exitoso empresario y filántropo William Clement Stone nos invita a mirar alto.
El amor es el que da fuerza para superar muchos obstáculos.
Pidamos al Señor que nos enseñe a escuchar su Palabra y a responderle con generosidad para ser cada uno, como la Virgen María, un himno de la alegría que sepamos transmitir a los demás.