
Virtudes y vicios (16).Una persona sorprendente
Cultivar la virtud de la fortaleza nos ayuda a ser personas que no se atemorizan, ni se desaniman ante las pruebas.

Cultivar la virtud de la fortaleza nos ayuda a ser personas que no se atemorizan, ni se desaniman ante las pruebas.

Hay siete dones que el Espíritu Santo nos da: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, fortaleza y piedad.

El Espíritu Santo es quien a través de los Sacramentos transforma toda nuestra vida, conformándonos cada vez más con Cristo.

Todos necesitamos que el Espíritu Santo traiga a nuestros corazones las palabras de Jesús y nos enseñe su sentido para saberlas vivir convencidos y alegres.

Podemos pensar si somos conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestras almas y si actuamos en consecuencia.

La paz que Jesús nos da es el Espíritu Santo, quien llena el corazón de serenidad y apaga la tentación de agredir.

“Dejarse guiar” por el Espíritu implica confiar en que la gracia de Dios es más fuerte que nuestras resistencias y más grande que nuestros pecados.

Tanto la teología como la inteligencia artificial nos conducen a la misma conclusión. La libertad es capacidad de elegir, pero no es eso primordialmente.

Cada momento de la vida de Jesús y cada página del Evangelio pueden ser para nosotros objeto de meditación y lugar de encuentro con el Señor.

La Sagrada Biblia es el libro más difundido de todos los tiempos con más de… ¡cinco mil millones de copias vendidas y distribuidas! Traducida a más de 400 lenguas.

El Espíritu Santo nos enseña la doctrina de Jesús y también nos mantiene despiertos en las cosas del Señor.

Es necesario que nuestros hijos se den cuenta de la importancia que tiene y de los dones y frutos que nos regala el Espíritu Santo.