
La Belleza de la Liturgia (15). La Liturgia permite el Gran Encuentro
El deseo del encuentro con Dios ha sido tan fuerte en algunos que no han dudado incluso en dar la vida.

El deseo del encuentro con Dios ha sido tan fuerte en algunos que no han dudado incluso en dar la vida.

Con la necesaria formación litúrgica seguiremos asombrándonos en cada celebración.

Todos los hombres podemos rendir un culto digno a Dios si nos unimos a Cristo por el Bautismo.

Lo maravilloso de la Liturgia es que nos garantiza la posibilidad de un verdadero encuentro con nuestro Señor.

Dios bien sabe lo que hay en nuestro corazón y cuáles son nuestras intenciones.

La liturgia nos enseña a tratar del modo apropiado y correcto a Dios mismo, nos enseña a ser “educados” con Dios.

Una familia ha de ser un lugar donde las diferentes personas que la componen vivan unidas en el amor.

El Sagrado Corazón de Jesús nos vino a traer toda una espiritualidad especial donde el Amor y la esperanza tienen un lugar primordial y donde la devoción y frecuencia a la Eucaristía son básicas.

Podemos pensar si somos conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestras almas y si actuamos en consecuencia.

La paz que Jesús nos da es el Espíritu Santo, quien llena el corazón de serenidad y apaga la tentación de agredir.

El amor que recibimos del Señor es la fuerza que transforma nuestra vida, nos ensancha el corazón y nos predispone para amar.

Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda, podremos sobrellevarlo. El poder de la oración hace entrar la luz en las situaciones de oscuridad.