
Una palabra prohibida. “Alegraos y regocijaos” (11)
Cuando se padece por alguien, cobra mucho valor y muestra de forma patente el amor que se tiene.

Cuando se padece por alguien, cobra mucho valor y muestra de forma patente el amor que se tiene.

Jesús pedía a sus discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran “Paz a esta casa”. Y nos exhorta a buscar la paz. “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

El padre es necesario para que sepamos armonizar ambos valores: libertad y verdad, y la autoridad unida al cariño imprescindible para hacernos amable, atractiva y asequible la virtud, como ejercicio pleno de nuestra libertad.

El papa Francisco pidió que las redes sociales no sean un lugar de alienación sino de solidaridad y respeto a las diferencias.

La palabra que la Biblia utiliza para nombrar la “santidad” es el término hebreo “qadash” que significa “estar limpio”, “sagrado”, “físicamente puro”.

Esperemos el desenvolvimiento pacífico del Mundial y en cualquier caso, la alegría y la unidad no pueden sino ser gratas a Dios.

Jesús promete la felicidad no al que logra vengarse, sino al que perdona y lo hace “setenta veces siete”.

El Cardenal Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, presidió la celebración del Corpus Christi, en la Catedral Metropolitana.


El dolor vino como consecuencia del pecado, pero una vez entrado en la vida del hombre, el Señor logró que pudiéramos aprovecharlo para nuestro bien.

¿Cómo puedo conseguir esa santidad que es felicidad?

Hoy en día algunos piensan que pueden prescindir de Dios para salvarse, piensan que porque “no matan, ni roban” ya se merecen el Cielo. Pero se olvidan que es gracias a Jesucristo que el Cielo se ha abierto para el hombre.