
Espiritualidad atea B
Puede haber ateos con espiritualidad, pero no una espiritualidad atea pues, en definitiva, sí es un oxímoron.

Puede haber ateos con espiritualidad, pero no una espiritualidad atea pues, en definitiva, sí es un oxímoron.

La grandeza de la vida no está en tener o en afirmarse, sino en descubrirse amados. La grandeza de la vida está en la belleza de amar.

Las obras de misericordia se dividen en dos, las corporales y las espirituales.

La Semana Santa es una experiencia que nos habla de la fragilidad, la debilidad, la angustia, el sufrimiento y la impotencia del Dios-Hombre frente a las autoridades.

Dios es un apasionado enamorado del hombre que, para que sus hijos tengan paz y alegría, ha ideado el sacramento de la reconciliación.

La cuaresma es un tiempo especial donde la misericordia de Dios derrama gracias, para los cristianos es preparación para celebrar la resurrección de Jesucristo.

El ateísmo es una de las corrientes que se incrementa y está conformada por ateos, pero también de quienes la interrogante religiosa no es importante.

Crece el número de ateos en el mundo, crecen más todavía los agnósticos y aparece un nuevo grupo de personas que creen en Dios, pero no se identifican con ninguna denominación religiosa.

La oración de Jesús y de los santos nos muestra que se puede alabar siempre en las buenas y en las malas porque Dios es el amigo fiel.

No existen razas superiores ni inferiores por la simple y sencilla razón de que todos somos hijos de un Dios que en Cristo se hizo hombre y que por nosotros padeció para redimirnos a todos.

José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad.

Con motivo del 150 aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal, el papa Francisco declaró el inicio de un año dedicado a este santo.