
Meditación sobre la desesperanza
Los miles de niños que no alcanzarán a ver la luz, quizá millones, gritan clamando justicia. La justicia que nosotros, por ahora, somos incapaces de garantizar.
Los miles de niños que no alcanzarán a ver la luz, quizá millones, gritan clamando justicia. La justicia que nosotros, por ahora, somos incapaces de garantizar.
Si ofrecemos nuestros sufrimientos y los ofrecemos en unión con los sufrimientos de Cristo, Él los convierte en un signo de esperanza.
Es importante este mes de la Biblia, pero es más importante lograr tener a Cristo en el centro de nuestra vida familiar y personal siempre.
La eternidad de Dios y la inmediatez de nuestro mundo dan lugar a dos lenguajes inconmensurables: nosotros y, sobre todo, la oración.
El Señor nos recuerda que todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será enaltecido.
Las leyes o mandatos tienen su razón de ser, no simplemente son órdenes que cumplir.
Tanto la teología como la inteligencia artificial nos conducen a la misma conclusión. La libertad es capacidad de elegir, pero no es eso primordialmente.
La alegría cristiana está acompañada del sentido del humor, en cambio, el mal humor no es un signo de santidad.
El mutuo cariño de los padres es fuente de alegría para los hijos y una escuela para aprender a expresar su amor.
La pandemia nos ha golpeado a todos, pero es verdad que particularmente a quienes han perdido un ser querido o incluso varios.
Cada conversión es un acto concreto de amor de Dios. El Señor sólo espera nuestra libre y amorosa correspondencia para actuar en nuestros corazones.
La familia debe ser un lugar seguro para cuidar la vocación de nuestros hijos y donde haya un ambiente adecuado a lo que cada uno de ellos va descubriendo.