
Las parábolas que interpelan. ¿Cómo recibo la Palabra?
La palabra de Jesús es para todos, pero actúa en cada uno de manera diferente.
La palabra de Jesús es para todos, pero actúa en cada uno de manera diferente.
Debemos educar a nuestros hijos para que compartan el Amor que Dios les da a diario y qué mejor lugar para hacerlo que con sus hermanos, con sus papás, y con los más cercanos.
Es necesario que nuestros hijos sepan que tenemos un Padre amoroso que nos cuida siempre y que está atento a nuestras peticiones.
El papa Francisco nos invita a imitar el ejemplo de Simeón y Ana, estos «peregrinos de la esperanza» que tienen ojos límpidos capaces de ver más allá de las apariencias
Consagrar es dedicar voluntariamente a Dios y lo podemos hacer de manera personal y también familiarmente.
Pidamos al Señor que nos enseñe a escuchar su Palabra y a responderle con generosidad para ser cada uno, como la Virgen María, un himno de la alegría que sepamos transmitir a los demás.
Al inicio de la Cuaresma, volvemos a asombrarnos al contemplar el misterio de nuestra salvación.
Este tiempo de cuaresma es el tiempo por excelencia para trabajar en la conversión de nuestro corazón y tenemos una oportunidad de oro para lograr cambiar lo que nos pesa.
Este Año Jubilar ha de ser un nuevo inicio para todos, afirma el Papa Francisco, un tiempo donde todo es “replanteado dentro del sueño de Dios”.
La compasión es como un puente para establecer la unión con diferentes tradiciones religiosas.
Dios nos ha creado para amar y nuestro amor lo reflejará si respetamos a todos, independientemente de su raza, credo u otro aspecto.
Las palabras “Nada es imposible para Dios” nos pueden ayudar mucho en la vida. Si lo creemos, dejamos obrar a Dios en nosotros.