
“Es la confianza” (y IX). El núcleo del cristianismo
San Pablo describe a la Iglesia como un cuerpo con sus diferentes miembros, para explicar la variedad de sus carismas.
San Pablo describe a la Iglesia como un cuerpo con sus diferentes miembros, para explicar la variedad de sus carismas.
“La Cristianofobia” significa “miedo irracional”. Es decir, un comportamiento hostil, agresivo e intolerante ante cualquier manifestación de cristianismo.
El dolor es ambivalente: nos puede destruir interiormente o nos puede hacer crecer, madurar, ser más humanos y comprensivos con nuestros semejantes.
Jesucristo mismo instituyó los sacramentos para unirse amorosamente con nosotros en la liturgia.
La aparición de la Virgen de Guadalupe en México tiene una relación con el triunfo del cristianismo tanto en el Nuevo como en el Viejo Continente.
El Concilio Vaticano II corroboró que la oración con la santidad de vida es “alma del movimiento ecuménico”.
La inquietud por el futuro de la Iglesia es grande en China, y no nos queda sino acompañarlos en la oración y aprender de su testimonio el valor inconmensurable de nuestra fe.
Estamos asistiendo a una triste metamorfosis de la Navidad, donde en general lo políticamente correcto es omitir cualquier referencia de carácter religioso, sustituyéndola por algún motivo invernal.
El Santo padre habló durante la audiencia general, que un buen camino hacia la fe es el cristianismo y así mismo testimonio de los discípulos.
Tres son los derechos capitales: la vida, la justicia y la libertad. Una vez comprometido el derecho a la vida, los otros dos se tornan quebradizos.
El nacimiento de Jesucristo representa el nacimiento del cristianismo. Los evangelistas Mateo y Lucas relatan algunos hechos sobre la vida de Jesús.
El acuerdo de católico-ortodoxo sobre el “principio del primado” y el reconocimiento judío del cristianismo, constituyen dos “signos de los tiempos”.