
Bondades epidérmicas
La simpatía etérea es repugnante. La amabilidad no debe nunca ser etérea y sí, en cambio, llena de memoria; si no, más que amabilidad, es una burla.
La simpatía etérea es repugnante. La amabilidad no debe nunca ser etérea y sí, en cambio, llena de memoria; si no, más que amabilidad, es una burla.
La siguiente cualidad que San Pablo señala es que “el amor no obra con rudeza”, lo cual, dicho de modo afirmativo, significa que el “amor es amable”.