Virtudes y vicios (23). Dios también sonríe
Los santos nos enseñan con su vida a no perder la alegría y el buen humor a pesar de las circunstancias adversas.
Los santos nos enseñan con su vida a no perder la alegría y el buen humor a pesar de las circunstancias adversas.
Hay siete dones que el Espíritu Santo nos da: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, fortaleza y piedad.
La alegría no está en la biblioteca, encerrada, sino que hay que descubrirla en nuestro diálogo con los demás, donde compartimos la alegría que hemos recibido.
Lo maravilloso de la Liturgia es que nos garantiza la posibilidad de un verdadero encuentro con nuestro Señor.
Redescubriremos así la paz, la alegría y la sonrisa que están dentro de nosotros y que el mundo busca arrebatarnos.
El Nacimiento de Jesús es un evento universal que afecta a todos, pero que cada uno puede decir: Dios viene por mí.
La alegría es uno de los doce frutos del Espíritu Santo que San Pablo menciona y que el Catecismo de la Iglesia Católica recoge.
Para ser santo hay que estar enamorado de Dios y para eso debemos estar siempre con Él, ya sea en esta vida pero principalmente en la vida eterna.
Los cristianos debemos crear un ambiente alegre en casa para que nuestra familia viva coherentemente la alegría de la Pascua.
Es importante que les enseñemos a nuestros pequeños a que deben ser alegres por lo que son y no por lo que tienen.
La oración ilumina el alma, el corazón e incluso el rostro. Y así, ser portadores de alegría, en vez de llevar tristeza o malas noticias.
La Pascua es la fiesta más importante para los cristianos, por eso es importante celebrar esta fiesta y expresar nuestra alegría entre nuestros familiares.