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Viaje Apostólico: La calidez de Francisco en Paraguay

El viernes 10 de julio, el Papa Francisco voló directo hacia Asunción, habiendo concluido la visita pastoral a Bolivia pisando suelo paraguayo alrededor de las 15:00 horas Su presencia encendió la chispa del júbilo en la gente de aquel país, conocido como el corazón de América Latina.

Paraguay no había contado con la visita del Obispo de Roma desde hacía 27 años. En la última ocasión, en 1988, San Juan Pablo II fue recibido mientras se encontraba en el poder Alfredo Stroessner (quien posteriormente, en ese mismo año, fue depuesto tras un golpe de estado).

El Pontífice presenció una ceremonia poco usual y sin formalismos. Se presentó con calidez.

Primero, de la cultura típica, la danza Paraguaya; al concluir, un encantador coro de niños entonó los himnos, el de Paraguay en guaraní.

El momento más emotivo de la recepción, fue quizá, cuando dos infantes se acercaron al Santo Padre -como estaba programado- para poder intercambiar saludos, palabras de aliento y afecto, pero en ese instante, uno de ellos, llamado Rodrigo Hermosa, en un acto noble y solidario hacia los demás compañeros integrantes del coro, quienes deseaban conocer y saludar al Papa, se acercó al oído de éste para pedirle que se aproximara a ellos pues tenían indicaciones de permanecer en su sitio. Él accedió gustoso, y al momento en que se acercó , todos los niños se abalanzaron para abrazarlo.

El primer recorrido de Su Santidad se llevó a cabo del Aeropuerto Silvio Petirossi hacia la Nunciatura Apostólica,   sobre las calles principales ya le esperaban miles de fieles, muchos de ellos argentinos. De hecho trascendió que se fletaron 600 camiones provenientes de Argentina para estar presentes en la visita de Francisco a Paraguay, también muchos peregrinos acudieron de Brasil.

Por la tarde, realizó una visita de cortesía al Presidente Cartes, en el Palacio de Gobierno, y posteriormente se desarrolló un encuentro con autoridades y el Cuerpo Diplomático. Durante su discurso dijo sentirse en casa, y agregó: “no es difícil sentirse en casa, en esta tierra tan acogedora. Paraguay es conocido como el corazón de América, y no sólo por su posición geográfica, sino también por el calor y la hospitalidad de sus gentes.” Además, recordó el sufrimiento que ha tenido que soportar Paraguay a causa de la guerra: “¡Cuánto dolor y cuánta muerte! Pero es admirable el tesón y el espíritu de superación del pueblo paraguayo para rehacerse ante tanta adversidad y seguir esforzándose por construir una nación próspera y en paz.”

Mucha gente se congregó en torno al Palacio para poder observar el paso del Papa-móvil, no obstante, entre los que esperaban la salida del Papa, se corrió el rumor que el trayecto del Palacio a la Nunciatura sería en auto, por lo que cuando Francisco salió en el Papa-móvil, la sorpresa y el júbilo fue grande.

Otras personas ya lo esperaban a las afueras de la Nunciatura Apostólica, e incluso una vez que el Papa ya estaba dentro, siguieron cantando y gritando para que saliera, hasta que los guardias informaron que el Santo Padre ya no se presentaría otra vez, sin embargo, no faltó la que gritó: ¡Que salga él a decir!, o la que dijo ¡Salí si querés dormir!, tras lo cual la gente rezó un Padrenuestro y un Avemaría por el Papa y se retiraron.

 

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