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Papa: ¿Quieres encontrar a Dios? ¡Acércate a los descartados!

El pasado viernes 18 de diciembre el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Caridad en dos centros de ayuda de Cáritas de Roma, en la Estación Ferroviaria Termini.

En su mensaje, Su Santidad dijo que “Dios viene a salvarnos y no encuentra mejor manera para hacerlo que caminar con nosotros, hacer nuestra vida”. Que Él escoge a una jovencita de unos 16 o 17 años en un pueblecito del Imperio romano, que seguro nadie conocía; “José, un joven que la amaba y quería desposarla, era carpintero… todo simplicidad”.

El Papa recalcó: “Si tú quieres encontrar a Dios, búscalo en la humildad”, en la pobreza, en los más necesitados, en los enfermos, los hambrientos y los encarcelados; que el dinero y los honores no abren la puerta del cielo. “La entrada del cielo no se paga con dinero”. Para abrir la puerta, nos dirá: “Estaba hambriento y me diste de comer y enfermo, en la cárcel y has venido a verme”.

El Obispo de Roma añadió: “El amor de Jesús es grande. Por eso, hoy al abrir esta puerta santa, yo quisiera que el Espíritu Santo abriera el corazón de todos los romanos y les hiciera entender el camino de la salvación, que no está en el lujo; no es el camino de las grandes riquezas, no es camino del poder, es el camino de la humildad”. Y que aún “los más pecadores, si se arrepienten, nos precederán en el cielo”.

Además, pidió a Dios que nos abra las puertas del corazón. Todos somos pecadores y necesitamos sentir Su Palabra, que Él venga y “que el Señor nos haga entender que el camino de la vanidad, de las riquezas, del orgullo no son caminos de salvación… Que el Señor nos haga entender que su caricia de Padre, su misericordia, su perdón, es cuando nos acercamos a aquellos que sobran, a los descartados de la sociedad”.

Y también deseó que Dios conceda a todos los romanos, empezando por él mismo, el sentirse descartados y necesitados de la ayuda de Dios, “porque no tenemos ningún mérito… Solamente Dios nos da la misericordia y la gracia. Y para acercarnos a esa gracia tenemos que acercarnos a los descartados, a los pobres, a los que tienen más necesidad”.

Hemos de vivir esta cercanía con los necesitados “para poder recibir el abrazo de la misericordia donde el padre abraza al hijo herido. Pero es el Padre Dios el que está herido de amor y por esto es capaz de salvarnos a todos”.

Los centros que visitó el Papa son el hostal “Don Luigi di Liegro” y el comedor “San Juan Pablo II”. Este signo manifiesta la importancia de que la misericordia que ha de expresarse en este Año Jubilar también se concrete en las obras de misericordia materiales y espirituales, siempre recomendadas por la Iglesia, tales como dar de comer al hambriento o dar posada al peregrino.

 

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