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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Francisco: “¡Jóvenes, sean testimonio del amor de Dios!”

Jóvenes, “¡no usen mal su libertad! ¡No malgasten la gran dignidad de hijos de Dios que se les ha donado!”, exhortó el Papa Francisco, al sostener este martes un cordial y emotivo encuentro con miles de monaguillos de habla alemana en la Plaza de San Pedro, con quienes entabló un ameno diálogo con preguntas y respuestas.

Al responder a la primera pregunta, sobre cómo los jóvenes pueden ser más protagonistas en la vida de la Iglesia, el Obispo de Roma puso de relieve la misión especial de ser testimonios de que Dios nos ama y de transmitir ese amor:

“Los discípulos del Señor tenemos una misión más: la de ser ‘canales’ que transmiten el amor de Jesús. Y, en esta misión, ustedes, chicos y chicas, tienen un papel particular: están llamados a hablar de Jesús a sus coetáneos, no sólo en la comunidad parroquial y en las asociaciones, sino sobre todo fuera. Éste es un compromiso reservado especialmente para ustedes, porque con su valentía, entusiasmo y facilidad para el encuentro, pueden llegar con mayor facilidad a la mente y al corazón de cuantos se han alejado del Señor”.

Y es que, hoy en día, explicó el Papa, hay necesidad de tantos jóvenes de que alguien les diga con su propia vida que Jesús nos conoce, ama, comparte con nosotros nuestras dificultades y nos sostiene con su gracia.

El Papa destacó que los jóvenes monaguillos, por el servicio litúrgico que realizan, están cerca de Jesús Palabra y Pan de vida, por lo que les aconsejó que el Evangelio que escuchan en la liturgia lo vuelvan a leer, lo mediten, y lo apliquen en su vida; “y con el amor de Cristo recibido en la santa Comunión, pueden ponerlo en práctica”.

“El Señor llama a cada uno de ustedes a trabajar en su campo. Los llama a ser protagonistas alegres de su Iglesia, listos para comunicar a sus amigos lo que él les ha comunicado, especialmente su misericordia”, agregó.

En esta parte de su intervención, el Papa Francisco aprovechó para destacar también la importancia de organizar el tiempo, que es un don de Dios, por lo que hay que emplearlo en acciones buenas y provechosas, sin malgastarlo en cosas superficiales, chateando, o con telenovelas; y, más bien, tener siempre presente a nuestro Creador.

Otra pregunta fue la de cómo experimentar que la fe significa libertad.

Aquí, el Papa recordó el camino del Evangelio de Jesús, para ser libres de la esclavitud del pecado; y advirtió que “la libertad, si no la ejercemos bien, nos puede llevar lejos de Dios, puede hacernos perder la dignidad de la que Él nos ha revestido”.

“Por lo tanto, se necesitan orientaciones, indicaciones y también reglas, tanto en la sociedad, como en la Iglesia, para ayudarnos a hacer la voluntad de Dios, viviendo así según nuestra dignidad de hombres y de hijos de Dios. Cuando no está plasmada en el Evangelio, la libertad puede transformarse en esclavitud: la esclavitud del pecado”, remarcó.

Es por eso que libertad y dignidad de hijos de Dios son dos valores que hay que atesorar, subrayó.

Por último, el Papa Francisco alentó con cariño Francisco a sus jóvenes interlocutores:

“Queridos chicos y chicas: ¡No usen mal su libertad! ¡No malgasten la gran dignidad de hijos de Dios que se les ha donado! ¡Si siguen a Jesús y su Evangelio, la dignidad de ustedes brotará como una planta que florece y dará frutos buenos y abundantes! Encontrarán la alegría auténtica, porque Él nos quiere hombres y mujeres plenamente felices y realizados. Sólo adhiriéndonos a la voluntad de Dios podemos cumplir el bien y ser luz del mundo y sal de la tierra”.

El encuentro del Papa Francisco con los jóvenes constituyó el acto central de la peregrinación anual que realizan la primera semana de agosto más de 50 mil monaguillos de las Diócesis de Alemania, Austria (Viena y Linz) y Letonia.

Del 4 al 8 de agosto, los jóvenes llevaron a cabo un programa que incluyó diversas actividades, como: funciones religiosas diocesanas, visitas guiadas sobre temas de historia, cultura y espiritualidad, así como excursiones culturales y religiosas, entre las cuales se destacó la visita a la ciudad italiana de Asís. 

De este modo se refuerza el potencial espiritual de este importante grupo de la pastoral alemana, que cuenta con más de 430 mil niños, adolescentes y jóvenes adultos comprometidos con el servicio al altar.

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