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Tras las huellas de Anacleto González Flores


Hace ya algunas semanas, en estas páginas, comentamos el nombramiento del beato Anacleto González Flores como patrono de los laicos mexicanos. Un nombramiento que no ha tenido el impacto que podría esperarse, dado que estamos a 92 años de la muerte del que, con cariño, llamaban “el maestro Cleto”, lo cual hace que muchos católicos sepan poco de él.

En un evento de Signis Talks, transmitido por muchos medios católicos el pasado ocho de noviembre y con un alcance directo de 13 000 personas, el señor obispo don Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, presidente de la Dimensión Episcopal de Laicos, (DELAI) comentó ampliamente el evento del próximo 23 de noviembre, denominado Laicos de Brazos Abiertos, donde se celebrará el nombramiento de Anacleto como santo patrón de los laicos mexicanos. El evento se llevará a cabo en el Parque Bicentenario, en el Santuario de Cristo Rey en Silao, Guanajuato. Un lugar particularmente relevante en la lucha por la libertad religiosa, que derivó en la guerra cristera y que es visitado por católicos de todo el país en distintas épocas del año, pero sobre todo en torno al domingo de Cristo Rey.

La información del evento, que puede consultarse en la liga https://www.signis.mx/signis-mexico/143-eventos/3292-monsenor-aguilar-ledesma-convoca-a-participar-en-el-magno-evento-laicos-de-brazos-abiertos, da una amplia explicación de los motivos y los propósitos de este magno evento. El propio Monseñor Aguilar Ledesma explicó la historia del evento, sus objetivos y su contenido.

Probablemente, lo más relevante para un laico católico tiene que ver con la visión y la orientación que tiene la Dimensión Episcopal de Laicos (DELAI). Esta orientación está fuertemente influida por los conceptos del propio Beato Anacleto. Maestro, filósofo, activista, comunicador, organizador y, como muchos le dijeron, el Gandhi mexicano. Uno de los líderes católicos que vivieron la gesta de la cristiada, una lucha por la libertad y por la fe, de las cuales fue mártir el propio “maestro Cleto”.

Obviamente, una de las tareas que emanan de este nombramiento es dar a conocer de una manera más amplia la vida y la obra del patrono de los laicos. Empezando por la publicación de su vida y obra, en una síntesis extraordinariamente bien lograda por Jean Meyer, sin duda el historiador más destacado en este tema y que se está divulgando con ocasión de este magno evento. Claramente, de ahí habrá que seguir una labor más amplia de divulgación. Pero no basta; conocer y celebrar la vida de obra de Anacleto no es suficiente: es necesario que sea un ejemplo para la acción de los laicos católicos mexicanos.

Don Victor hizo especial énfasis en la labor organizativa de Anacleto. Un tema que no se ha logrado consolidar del todo entre los laicos mexicanos. Seguimos actuando bastante descoordinados, si bien ya se están dando pasos muy sólidos para remediar esta dificultad, como son los ejemplos de los grupos Unión de Voluntades y Juntos por México. Pero hace falta más: hay que evitar la privatización de la fe, no recluirla en las paredes del templo sin que tenga una influencia en las estructuras de la sociedad, comentó el presidente de la DELAI.

Esta dimensión episcopal, uno de los organismos creados por la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) tiene por encargo coordinar la pastoral de los seglares, los apostolados, movimientos, asociaciones e instituciones, así como los diversos carismas de los mismos. Además de estos temas, que han formado parte que lo que sea llamado anteriormente la colaboración de los laicos en el apostolado jerárquico, esta Dimensión incluye otros enfoques. El tradicional enfoque social, orientado las obras de caridad, la catequesis y también el trabajo con matrimonios y familias, incluye ahora un mayor énfasis en el enfoque carismático, orientado a la oración de los muchos grupos seglares que han estado laborando en este campo. El ora et labora típico de la labor de la Iglesia. Y también, un mayor acento en la labor con la cultura, en los medios de comunicación, empresarios, emprendedores, y pensadores católicos. Eso, que nunca ha estado alejado de la labor del episcopado, se está planteando con mayor fuerza. Todo ello, sin olvidar la labor humilde y callada de los millones de seglares que, en su lugar de trabajo, en su familia, en sus barrios y en su vida diaria, dan testimonio de su fe.

El evento del que hablamos no es sólo un acto de devoción y piadoso. Es un llamado a la acción, para mover corazones y voluntades. Contemplar para trasmitir. Inspirarse en nuestros patronos para defender a un pueblo, no a un conjunto de ideas sino a gente de carne y hueso, afirma don Víctor Aguilar.

Una vez más lo ánimo, estimado lector, para escuchar la información completa sobre el evento en la liga que le agrego en este artículo. El espacio que le he dedicado sólo permite hacer una síntesis necesariamente insuficiente. El contenido de la alocución del señor obispo don Víctor Alejandro tiene un alcance mucho más profundo que vale la pena conocer ampliamente. Y, como el mismo don Víctor ha dicho, no quedarse meramente con el conocimiento; hay que encontrar maneras de vivir y aplicar los conceptos de nuestro patrono de los laicos al momento actual de nuestro país y de nuestra Iglesia que peregrina en México.

 

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