Después de la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI como cabeza de la Iglesia católica, y tras celebrarse un cónclave para elegir a su sustituto, el 13 de marzo de 2013 salió el humo blanco que anunciaba que ya había un nuevo papa.
Por primera vez en la historia de la Iglesia, la Silla de San Pedro sería ocupada por un latinoamericano, el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, y hasta entonces era arzobispo de Buenos Aires. Al convertirse en el papa número 266, eligió el nombre de Francisco.
Durante una década de ser el vicario de Cristo, Francisco ha escrito tres encíclicas. Fratelli tutti (3 de octubre de 2020); Laudato si (24 de mayo de 2015), y Lumen Fidei (29 de junio de 2013). Asimismo, el 11 de abril de 2015 se publicó su bula Misericordiae Vultus con la que convocó al Jubileo de la Misericordia.
En el tiempo que ha dirigido la barca ha llevado a cabo tres sínodos: el de la familia, el de los jóvenes y el de la Amazonia. Además, Francisco ha realizado 40 viajes internacionales en los que ha visitado 10 países africanos, 18 asiáticos, 20 europeos y 12 americanos.
Otra de las características de este pontificado es que el Papa cuenta actualmente con mil 165 empleadas, frente a las 846 que tenía al inicio de su pontificado en 2013. El porcentaje de mujeres que trabajan en el Vaticano ha aumentado en los últimos 10 años, pasando de casi el 19.2 por ciento al 23.4 por ciento actual. Se trata de cifras globales referidas tanto a la Santa Sede como al Estado de la Ciudad del Vaticano.
El aumento del número de mujeres empleadas es aún más pronunciado si se considera exclusivamente la Santa Sede, es decir, la Curia Romana. Aquí, el porcentaje de mujeres ha pasado del 19.3 por ciento al 26.1 por ciento en la última década. Esto significa que más de uno de cada cuatro empleados de la Santa Sede es ahora una mujer.
A Francisco le ha tocado ser el sostén de la Iglesia católica en tiempos convulsionados por la división, la guerra, la pandemia, el hambre y la desigualdad. Un mundo en el que los ataques a la fe, la familia, la mujer, los niños, los no nacidos y los pobres libra batallas cotidianas y en las que a él como vicario de Cristo los ha tenido que afrontar con entereza animando al pueblo de Dios a seguir las enseñanzas de Jesús y no ceder ante la crítica, la comodidad o la persecución.
A lo largo de una década todos los días Francisco invita a los católicos a salir al encuentro del hermano con amor y misericordia, porque quiere una Iglesia de salida, y de manera muy particular ha pedido a los jóvenes que ¡hagan lío! ¡Quiero lío en las diócesis, quiero que la Iglesia salga a la calle!
Día a día inyecta ánimo, esperanza y fe al rebaño que Dios le pidió cuidar lo mismo a sus hermanos sacerdotes como a los laicos e incluso a quienes no comparten la misma fe.
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