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Paz mundial

4 décadas de mensajes por la paz y el medio ambiente

Lograr la paz es una aspiración de todo ser humano, desde 1968, cada primero de enero los papas reflexionan sobre la construcción de la paz desde sus diferentes perspectivas, llamando la atención sobre alguna de sus vertientes en particular, al final de las últimas cuatro décadas, han resaltado la vinculación entre la paz y el medio ambiente.

El 1 de enero de 1990, en el mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Paz: “Paz con Dios creador, paz con toda la creación”, san Juan Pablo II realizó una reflexión sobre la ecología humana y la naturaleza ética de la crisis ambiental, éstos y otros conceptos relanzaron el diálogo de la Iglesia sobre los temas ambientales en la víspera de la reunión de Río de Janeiro que definió la agenda ambiental internacional en 1992; y también señaló que aumentaba “la convicción de que la paz mundial está amenazada” entre otras cosas “por la falta del debido respeto a la naturaleza, la explotación desordenada de sus recursos y el deterioro progresivo de la calidad de la vida”.

El mismo papa en el mensaje del año 2000 “Paz a los hombres que Dios ama”, propuso que el designio divino de una sola familia humana “debe ser reconocido y puesto en práctica, promoviendo la búsqueda de relaciones armoniosas entre las personas y los pueblos, en una cultura que integre la apertura al Trascendente, la promoción del hombre y el respeto de la naturaleza”.

El 1 de enero de 2010, al cumplirse 20 años del seminal mensaje del papa polaco sobre la problemática ambiental, el papa Benedicto XVI retomó el tema en la XLIII Jornada Mundial de la Paz: “Si quieres promover la paz, protege la creación.” En su texto, hace énfasis en la responsabilidad compartida, cuestiona el modelo de desarrollo económico actual y su impacto en la creación, finalmente nos recuerda que “proteger el entorno natural para construir un mundo de paz es un deber de cada persona”.

En 2015, el papa Francisco presentó la encíclica Laudato Si “Sobre el cuidado de la casa común”. Un documento que es ahora referencia obligada no solo en ambientes religiosos, sino también científicos y políticos, ya que aborda integralmente la problemática ambiental e invita a toda la humanidad a un diálogo y acción para salvaguardar nuestro planeta, y profundiza en la necesidad de recomponer la relación entre Dios, la humanidad y la creación, como un camino hacia la paz.

Finalmente el 1 de enero de 2020, el papa Francisco retoma la vinculación que existe entre el medio ambiente y la paz en su mensaje para la LIII Jornada Mundial de la Paz: “La paz como camino de esperanza: Diálogo, reconciliación y conversión ecológica”.

El papa Francisco nos presenta a la esperanza como la virtud que nos mueve. “El camino de la reconciliación requiere paciencia y confianza. La paz no se logra si no se la espera.” La conversión ecológica que propone “debe entenderse de manera integral, como una transformación de las relaciones que tenemos con nuestros hermanos y hermanas, con los otros seres vivos, con la creación en su variedad tan rica, con el Creador que es el origen de toda vida.”

La paz con los demás y con la creación se construye cada día. “El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”. Porque “la brecha entre los miembros de una sociedad, el aumento de las desigualdades sociales y la negativa a utilizar las herramientas para el desarrollo humano integral ponen en peligro la búsqueda del bien común. En cambio, el trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad puede despertar en las personas la capacidad de compasión y solidaridad creativa”.

Frente a una diversidad de perspectivas ambientales y agendas políticas, hay quienes se muestran confundidos y descalifican a actores que trabajan a favor del medio ambiente; estos mensajes y documentos papales, así como el capítulo X del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, nos pueden dar elementos para establecer un diálogo y colaboración que lleve a la paz y al cuidado de la casa común.

 

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