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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Hace Papa Francisco última parada en Filadelfia

El domingo 27 de septiembre, en la última jornada del viaje por Estados Unidos del Papa Francisco, durante el Seminario de San Carlos Borromeo, recibió a víctimas de abuso, tanto por parte de presbíteros o por algún familiar, como lo había señalado el Portavoz Vaticano Federico Lombardi (en conferencia de prensa) no se daría información de una encuentro con las víctimas de forma previa para su protección.

En su mensaje el Papa le dijo que “las palabras no pueden expresar plenamente mi dolor por el abuso que han sufrido. Ustedes son preciosos hijos de Dios, que siempre deberían esperar nuestra protección y nuestro amor. Estoy profundamente dolido porque su inocencia fue violada por aquellos en quien confiaban… En todas las circunstancias, la traición fue una terrible violación a la dignidad humana”.

Mencionó que lamenta que en los casos de sacerdotes, no hayan sido escuchados o creídos pero “sepan que el Santo Padre les escucha y les cree”, y agregó: “El Clero y los obispos tendrán que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores”.

Manifestó que la presencia de cada uno de las víctimas, a pesar de su sufrimiento, es un signo de la misericordia de Dios, agradeció a quienes les ofrecieron apoyo y expresó el compromiso de la Iglesia en apoyar a las víctimas “en su proceso de sanación, y en estar siempre vigilantes para proteger a los menores de hoy y mañana.” Además les pidió humildemente como los discípulos de Emaús le pidieron a Jesús que se quedase con ellos, que se queden “con nosotros, con la Iglesia.”

Unas cuantas horas más tarde se reunió con la población del Instituto Correccional Curran-Fromhold, ante unas cien personas de las ahí retenidas, dijo: “Yo vine como pastor pero sobre todo como hermano, a compartir la situación de ustedes y hacerla también mía, he venido a que podamos rezar juntos y presentarle a Dios lo que nos duele y también lo que nos anima y recibir de Él la fuerza de la Resurrección”.

Les recordó que Jesús lavó los pies de sus discípulos, pero también a discípulos de hoy y dijo que: “Por la fe sabemos que Jesús nos busca, quiere sanar nuestras heridas, curar nuestros pies de un andar cargado de soledad, limpiarnos del polvo del que se fue impregnando de los caminos que cada uno tuvo que transitar. Jesús no nos pregunta por donde anduvimos, no nos interroga lo que estuvimos haciendo. Nos dice ‘si no te lavo los pies, no podré darte la vida que Padre siempre soñó’ ”.

“Todos tenemos que ser purificados, todos, yo el primero” dijo el Papa, y llamó la atención sobre los sistemas penitenciaros que no buscan la reinserción social, que “genere nuevas oportunidades”, recalcando el hecho de todos necesitamos purificación, debe despertar solidaridad entre todos, “a apoyarnos y a buscar lo mejor para los demás”.

Después, elogió la sede de madera que realizó la población del Instituto, “la silla que han hecho, es muy linda, muy hermosa. Muchas gracias por el trabajo”. Posteriormente saludo varios de los asistentes dándoles la mano.

 

 

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