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Francisco: Importantes, la gratitud y la laboriosidad

El Papa Francisco se reunió con el clero y los religiosos en Nueva York para el rezo de Vísperas en la Catedral de San Patricio, y en la misma ciudad celebró la Santa Misa en la emblemática Arena “Madison Square Garden”, los días 24 y 25 de septiembre respectivamente.

Durante el rezo de las Vísperas, el Papa utilizó una capa pluvial de color verde, y ocupó la sede de la Catedral de la Arquidiócesis de Nueva York. Uno de los salmos que se entonó fue en español. El Papa en su mensaje en primer término saludó a los hermanos islámicos por la fiesta del sacrificio y además aseguró su cercanía con ellos por la tragedia ocurrida en La Meca, en la cual murieron cientos de personas.

Ya en el mensaje dirigido al clero y religiosos, retomando una carta de San Pablo, en la que invita a alegrarse aunque existan pruebas, les recordó la importancia de vivir la vocación con alegría. Les dijo que ante la vergüenza que sufrió la Iglesia por los casos de abuso, “vienen de la gran tribulación” y agregó “los acompaño en este momento de dolor y dificultad, así como agradezco a Dios el servicio que realizan acompañando al Pueblo de Dios.

El Papa subrayó la importancia que para la vida dedicada al servicio de Dios como sacerdote o consagrado, tiene la gratitud y la laboriosidad. En el primer caso, mencionó que la alegría brota de un corazón agradecido y que se debe rememorar el primer encuentro, y la multitud de gracias del Señor y preguntó si podrían enumerarlas o hemos olvidado. En cuanto a la laboriosidad dijo que cedan a una mundanidad, “que oscurece el estupor del primer Encuentro”, advierte también frente a la tentación de medir la labor apostólica con criterios de eficiencia y otro peligro es ser muy celoso del tiempo libre, la comodidad puede a su vez ahogar la continua de Dios a la conversión, y poco a poco se pierde el espíritu de sacrificio y trabajo.

Es necesario el descanso pero se debe de hacer de forma que podamos servir más generosamente, la cercanía por ejemplo con los pobres, los inmigrantes, enfermos nos enseñará otro tipo de descanso más cristiano. “Pongamos en manos de la Virgen María la obra que se nos ha confiado”. Y envió un afectuoso saludo a las religiosas de EU, “y las quiero mucho” dijo el Pontífice.

Ese mismo día celebró por la noche la Misa en el Madison Square Garden, e ingresó a la “duela” en un carrito similar a los de golf desde el cual saludaba y bendecía, acariciaba a las personas; una de las lecturas fue del Profeta Isaías, <<el pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz>>, y dice el Santo Padre: “Con el profeta hoy podemos decir el pueblo que camina, respira, vive en el <<smog>> ha visto una gran luz, ha experimentado un aire de vida”.

Su homilía se centró en la complejidad que presentan las ciudades, por un lado el recuerdo de la riqueza de la variedad cultural y por otro lado lo común, de que muchos rostros quedan silenciados por no tener derecho a la ciudadanía como los inmigrantes y sus hijos, así como los que no tienen techo o seguro médico, o carecen de acceso a la educación.

No obstante, “Jesús, sigue caminado en nuestras calles, mezclándose vitalmente con su pueblo, implicándose e implicando a las personas en una única historia de salvación, nos llena de esperanza, una esperanza que nos libera de esa fuerza que nos empuja a aislarnos, a desatendernos de la vida de los demás, de la vida de nuestras ciudad”.

Prosiguió diciendo que Isaías llama a Jesús, “Consejero Maravilloso” que nos invita siempre a salir; “Dios fuerte”, el Dios con nosotros que se ha mezclado hasta en nuestras “ollas”; “Padre para siempre” que como el Padre de la parábola, sale todos los días a ver si regresa el hijo y apenas le ve corre a abrazarlo; “Príncipe de la paz”, salir a anunciar la Buena Nueva, la paz nace de ver al otro como un hermano especialmente al más débil.

En la cuenta oficial de twitter del Madison Square Garden @The Garden, publicó múltiples imágenes de la celebración, en dicho lugar se presentan todo tipo de eventos y ahora recibió al Papa Francisco.

En el último día del Papa Francisco en Estados Unidos, en Filadelfia, específicamente, se reunió con los obispos invitados al Encuentro Mundial de las Familias, venidos de los confines del mundo. Comunicó en primer lugar a los presentes que se había reunido con víctimas de abuso y dijo que lleva grabado en su corazón las historias de estas personas, que le abruma la vergüenza y dijo: “Lo lamento profundamente, Dios llora”. Subrayó que estas situaciones no pueden seguir manteniéndose en secreto. “Y prometo que todos los responsables rendirán cuenta”.

Ya sobre el tema de las familias, comparó la situación relacional actual con un shopping center y antes con una tienda de barrio, antes se conocían las personas, se fiaba, había confianza, hoy no hay esa confianza y sí un gran consumismo, se consumen amistades y relaciones; hay que animar a los jóvenes o no tan jóvenes a tener confianza, a apostar por el matrimonio, no seguir en el discurso, sino hacer más en la práctica. Por otro lado, señaló que no hay que quedarse en el lamento, sino que el aprecio y la gratitud deben prevalecer.

Mencionó que una de las pobrezas más grande de la actualidad es la soledad radical en que muchas personas viven, corriendo detrás de un like o para aumentar el número de followers. 

En especial a los obispos les recordó que su misión principal es la oración y la predicación, después todo lo demás, y que ha de enseñar esa unión entre Iglesia y familia.

 

 

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