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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

La visión del infierno / Una revelación impactante

1) Para saber

Con motivo del centenario de las apariciones de la Santísima Virgen María en Fátima, el Papa Francisco celebró una misa en el atrio del Santuario. En la misma ceremonia canonizó a dos pastorcitos, Francisco y Jacinta Marto, niños que en 1917 fueron testigos de las apariciones.

El Papa comentó que la Virgen vino a prevenirnos y advertirnos sobre el peligro del infierno al que nos lleva una vida alejada de Dios. Vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros y nos cubre. Así como los tres pastorcitos se encontraban dentro de la Luz de Dios que la Virgen irradiaba, Fátima es este manto de Luz que nos cubre, tanto aquí como en cualquier otra parte de la tierra, cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen Madre para pedirle, como enseña la oración Salve Regina: «muéstranos a Jesús».

2) Para pensar

Como se comentaba la vez pasada, en la tercera aparición, el trece de julio, los pastorcitos tuvieron una revelación impactante.

Después de un breve diálogo, la Virgen les pidió: “Hagan sacrificios por los pecadores, y digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio: «¡Oh Jesús!, esto es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María»”.

Después, mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez más, como lo había hecho en los dos meses anteriores. Cuenta Lucía: “Los rayos de luz parecían penetrar la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego. Sumergidos en este fuego estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en llamas, todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora levantadas en el aire por las llamas que salían de ellos mismos junto a grandes nubes de humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos, sin peso o equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo. (debe haber sido esta visión la que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice). Los demonios podían distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a miedosos animales desconocidos, negros y transparentes como carbones en llamas. Horrorizados y como pidiendo auxilio, miramos hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan amablemente y tan tristemente: «Ustedes han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón».

Les hizo otra indicación: “Cuando ustedes recen el Rosario, digan después de cada misterio: «Oh mi buen Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, especialmente a las más necesitadas de tu divina Misericordia»”. Luego les hizo una profecía (pero esa se tratará la próxima ocasión).

3) Para vivir

El Papa Francisco nos invitaba a considerar: “Tenemos una Madre. Aferrándonos a ella como hijos, vivamos de la esperanza que se apoya en Jesús… Como un ancla, fijemos nuestra esperanza en esa humanidad colocada en el cielo a la derecha del Padre. Que esta esperanza sea el impulso de nuestra vida. Una esperanza que nos sostenga siempre, hasta el último suspiro”.

 

@voxfides

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