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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

La historia de “San Agustín” se repite /Un preso se confiesa

1) Para saber

Como se mencionó la ocasión pasada, en la presentación del libro “El nombre de Dios es misericordia”, sobre el Papa Francisco participaron el cardenal Pietro Parolin, el actor y cómico Roberto Benigni y un joven chino preso en Italia, Zhang Agostino Jianqing, quien dio el testimonio de su vida.

Zhang Agostino tiene 30 años, pero llegó con su familia a Italia de China cuando tenía tan sólo 12 años.

De los 19 años que han pasado desde 1997, la mayor parte la ha pasado en la cárcel, e incluso actualmente está preso en la cárcel.

2) Para pensar

La familia de Zhang Agostino es de tradición budista y son gente de bien y trabajadora. Sin embargo, Zhang no correspondió a su familia: faltaba a clases, se escapaba de la escuela sin que se enteraran sus padres, se volvía más rebelde, violento y superficial. Sólo le interesaban la fiesta, el dinero y las chicas. Se enojaba con sus padres porque no le daban dinero para divertirse. A los 16 años se inventó que tenía que ir a trabajar muy lejos y así poder divertirse en las noches.

A los 19 años cometió un delito grave y lo condenaron a 20 años de prisión. Al principio la prisión fue un infierno, siendo el único chino sin saber italiano, tuvo muchas dificultades para comunicarse.

Todo eso le ayudó arrepentirse. Sobre todo cuando su mamá lo visitaba cada semana teniendo que recorrer 700 kilómetros. Pero cada vez que lo veía, su mamá rompía a llorar. Esas lágrimas le ayudaron a pensar en todo el mal que había causado a su familia y a la familia de la víctima.

En ese entonces conoció a un voluntario llamado Gildo, el cual siempre se mostró amable con él. Descubrió en él una paz interior que nunca había conocido.

Dentro de la cárcel comenzó a trabajar en una cooperativa donde se hizo de amigos. En particular un amigo chino le ayudó mucho, llamado Je Wu Andrea. A pesar de estar preso también, siempre lo veía alegre. Descubrió que era debido a que se había convertido al catolicismo. Lo veía regresar muy contento de la Santa Misa, por lo que decidió acompañarlo. Al escuchar el Evangelio y los cantos, sentía que esas palabras estaban dirigidas a él. Nació en él una alegría que nunca había experimentado. Su máxima ilusión era que llegara el domingo para asistir a la Misa. Se enamoró de Jesús y pidió el bautismo y a Gildo que fuera su padrino.

El 11 de abril de 2015 fue bautizado, confirmado e hizo la primera comunión, todo en la cárcel: “Aunque hubiera podido obtener el permiso del magistrado para celebrarlo fuera de la cárcel, elegí hacerlo en el lugar y con los amigos donde Jesús vino a mi encuentro y donde yo encontré a Jesús”, explicó Zhang.

3) Para vivir

El nombre de Agostino lo eligió pensando en San Agustín y el papel tan importante que tuvieron las lágrimas de su madre Santa Mónica en el proceso de su conversión a Jesús. Decía Zhang Agostino que su historia es el testimonio de cómo la misericordia de Dios cambió su vida, poniéndole a su alrededor personas que le ayudaron a descubrirlo. Este libro, aseguró, le ayudó a entender mejor la misericordia de Dios con él.

Por ello el Papa nos invita a ser también esos instrumentos que muestren ese rostro misericordioso con los demás.

 

 

@voxfides

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